Nuestra identidad
Cuando
estaba en 4to de primaria mientras hacíamos la fila para recibir nuestro
desayuno escolar una compañera a propósito compara su color de piel con otra
exclamando :
—El mío es más blanco— con
tono de superioridad y haciendo gestos de burla
¡Éramos
solamente niñas¡ Desde ese entonces sentía inseguridad de mostrar mis
manos oscuras y desaliñadas . El otro día mi prima al ver videos en las redes
comentaba; "obvio que es bonita porque es blanca" " todos
los blancos son bonitos" Internalizamos algo que tenía sentido:
mientras más cerca del pueblo blanco estabas más oportunidades tenías de
ascender, mejorar tus condiciones de vida y de encontrarte mejor. Sentí
como si hubiésemos crecido despreciando nuestro color de piel sumergidas
en un concepto de belleza donde no cabemos .Como querer escapar de
esa imagen frente al espejo que nos recuerda nuestro pasado ,ese sentimiento de
no querer ser nosotros mismos solo para ser aceptados .
Cuando estaba en colegio era muy común utilizar
"chola" "cholita" como insulto ¡Ay pareces cholita!
¡Gritas como chola! y a mi compañera de nombre Marina le decían “Cholita
Marina” para burlarse de ella. O cuando usabas aretes resaltantes o crema lechuga
“Pareces cholita” ¿Y qué tiene de malo parecerme un poco a mi mama, a mi
abuelita a mis tías? ¿Qué tiene de despectivo ser cholita? esa preguntaba
retumbaba fuerte en mi mente de adolescente. Todos esos conceptos llegaron a
cambiar mi percepción de mi entorno. Recuerdo que cuando tenía quince años
haber dicho ¿Por qué quieren cambiar la materia de francés a quechua? ¡No tiene
sentido! ¡Eso no sirve para nada! Incluso sentía vergüenza admitir que yo sí
sabia entender y hablar mi idioma indígena. Aprendí a negar quien soy para encajar,
aprendí a despreciar mis raíces. Quería desprenderme de mis orígenes sin
saber que sin identidad me encontraría como una hoja que es arrastrada por
el viento sin saber que forma parte de un árbol.
Mi hermano siempre decía "Sin identidad no
eres nadie " y que difícil es abrazar esa identidad cuando se te llena la
cabeza de prejuicios internos y de tu alrededor.
¿De
dónde vienes? ¿Aceptas de dónde vienes? Hoy abrazo de dónde vengo, abrazo mis
raíces indígenas.
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